Como caso único dentro de los coleópteros el cocuyo posee un tórax articulado. esta particularidad le proporciona una ventaja excepcional, ya que es la única forma de volver a ponerse de pie cuando cae de espaldas. para comenzar, empieza " haciendo el puente", es decir, arqueándose al máximo , de tal modo que solo queda apoyado sobre la cabeza y la extremidad de los élitros. Después de un movimiento brusco, vuelve a la horizontalidad. Este movimiento hace que un saliente rígido choque contra un primer segmento del tórax , el cual, al introducirse en su muesca correspondiente, provoca un disparo que hace que el insecto se eleve en el aire unos quince centímetros. Si no logra caer de pie al primer intento, lo vuelve a intentar.
Algunos de los grandes cocuyos de América del Sur son luminosos. Los piróforos (éste es su nombre) emiten una luz verde tan intensa en la oscuridad que incluso permite leer. Los indígenas encierran unos cuantos en una caja de tela metálica y los emplean para iluminarse en sus veladas nocturnas. Las larvas de los cocuyos, muy alargadas, llevan el nombre de " gusanos de alambre". Según las especies de las larvas de los cocuyos viven bajo tierra o en la madera en descomposición, algunas durante seis años. Son muy voraces. Algunos son carnívoros e incluso caníbales, pero la mayor parte son vegetarianos. Comen sobre todo raíces destrozando los cultivos.
Tipo: Artrópodos
Clase: Insectos
Orden: Coleópteros
Familia: Elatéridos
(8.000 especies)
Características: Longitud: de 2 mm a 7,5 cm, color generalmente apagado, aunque hay especies rojas, amarillas o verdes , muy extendidas por el mundo.
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